Una auditoría financiera es recomendable cada 4 años como mínimo. Ya sea de carácter obligatoria por algún contrato o certificación o de forma voluntaria. Su utilidad para las cuentas de la empresa es enormes y sus resultados realmente pueden ayudar a mejorar la operación.
Por eso, aquí te contamos 5 recomendaciones para lleva a cabo una auditoría financiera exitosa:
1. Asegúrate de contratar un auditor externo
Aunque pueda ser incómodo pensar en tener alguien desconocido y ajeno a tus procesos internos hurgando en los documentos de la organización, es lo mejor. Sin lugar a dudas, es importante que el proceso de auditoría sea tan imparcial como sea posible. Aunque pueda sonar extraño, es verdad que la mejor forma de asegurar esta imparcialidad y que el auditor sea alguien que no conoce la organización de antemano ni venga recomendado por nadie del entorno administrativo.
Que el encargado de realizar el proceso de auditoría sea un profesional ajeno a los trabajadores asegura que los hallazgos y no conformidades expuestas en el informe sean imparciales y, por lo tanto, objetivas.
2. Crea una cultura de mejora continua alrededor de las auditorías financieras:
Es importante entender la auditoría financiera como una parte esencial de una cultura de mejora continua. A pesar de que tener a alguien escrutando en el trabajo contable de la empresa pueda resultar incómodo, su función es entender cómo se están realizando los procesos financieros y asegurarse de que están funcionando de la mejor forma posible. Además, permite entender qué hay por mejorar y por qué se están (o no) presentando los resultados previstos.
Por eso, alrededor de la auditoría financiera debe haber una cadena de procesos que se debe iniciar con la presentación. Así, puedes asegurarte de que tu empresa está realizando las recomendaciones que de ella salen y mejorando su operación.
El primer paso es realizar la auditoría financiera (después de la cotización), pero después de ello debe continuar un proceso de implementación de acciones correctivas que es importante desarrollar. Así, los gestores y tomadores de decisiones de tu empresa deben estar seguros de que a lo largo de un periodo determinado se limite la ocurrencia de los problemas recurrentes que detectó la auditoría y se mejoren los procedimientos conforme las recomendaciones.
De otra forma, ¿cómo crecerás en el mercado?

3. Gestión de los documentos
Para que el auditor pueda realizar su labor es necesario que pueda acceder a todos aquellos documentos que considere de utilidad. En este sentido, es crucial que en las diferentes áreas de trabajo se lleve a cabo un sistema de gestión de documentos que permita su acceso libre al auditor.
Además, lo mejor es asegurar de antemano (previo a la contratación) que todos los documentos de causación, cuentas por pagar, ventas, conciliaciones, plantillas de ventas, flujos de activos, ratios financieros y otros se encuentren disponibles de forma digital e independiente a la ayuda del área contable.
Si quieres conocer más sobre los consejos de gestión documental para auditorías, te recomendamos: 5 tips esenciales para superar una auditoria
4. Asegura que todas las áreas entiendan su importancia
Antes de contratar el proceso de auditoría financiera, lo mejor es alinear cada una de las áreas de la empresa frente al objetivo de la misma.
No dudes en hacer una reunión previa a su inicio y hablar con cada uno de los empleados. En ella podrás hacerles saber el rol que esta tiene, su importancia y el papel que cada uno de ellos puede llegar a cumplir durante el proceso.
Así, no sólo el auditor estará más tranquilo y realizará su trabajo correctamente, sino que además tu equipo estará dispuesto ayudar. Al final del día esto producirá dos cosas:
- Que la carta de recomendaciones y el informe de auditoría sean documentos más completos y que hayan sido redactados atendiendo a cada uno de los aspectos relevantes para la auditoría.
- Que tu equipo vea con mayor transparencia aquellas no conformidades que lleguen a surgir y requieran de trabajo posterior.
5. Pedir una revisión completa
En los casos que se la auditoría se desarrolle por iniciativa propia de la empresa. Lo mejor es que se le pida al auditor realizar una revisión completa de los últimos 4 años (entendiendo este como el periodo máximo entre auditorías) de todos los impuestos.
Es mejor pecar por exceso que por defecto. No dudes en hacerle saber a tu auditor cuándo fue la fecha de la última auditoría fiscal y financiera, de ahí pídele una revisión de tu situación contable frente al Estado en todos los impuestos que puedan ser relevantes. No limites la auditoría a los impuestos de sociedades, sino también a aquellos impuestos relevantes por el número de empleados, por la fecha de revisión, los impuestos (si es el caso de tu ciudad y país) de tu región – ya sean Comunidades Autónomas, Provincias, Localidades, Departamentos, Distritos, etc.- y más.
Para eso, asegúrate de pedir con anterioridad los recibos de pagos fiscales de los últimos 4 años al Ministerio de Hacienda. Con esto, puedes descartar que haya incongruencias o problemas que puedan afectar tu negocio a futuro.